jueves, 2 de mayo de 2019

Felicidad


Moisés Balbuena

Sus ojos se abrieron cuan si fuera dos esferas brillantes, su alegría se reflejaba en su rostro bañado de pecas, su pelo rojizo como la tierra, flotaba con el viento, mientras intentaba despejar los que cubrían sus ojos que le tapaban aquella vista de paisajes hermosos.

Una mezcla de verdes bosques, inmensos pastos y de vez en cuando un grupo de animales siendo arreados por sus cuidadores, de repente sintió una paz que le embargaba cada centímetro de su ser, su corazón se aceleraba y de repente una lágrima de su ojo derecho brotaba y se deslizaba como río buscando cauce.

Lina descubrió que por primera vez en su vida, ella era feliz, sentimiento que solo había escuchado en voz de otras personas, de su tiempo trabajando en aquel antro de mala vida, una vida a la que ella había renunciado para buscar eso que por mucho tiempo le habían negado, su felicidad.

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